ALBERGUE DE PEREGRINOS EN LUZAIDE-VALCARLOS, PRIMER PUEBLO NAVARRO EN LA RUTA FRANCESA |
"EL CAMINO DE SANTIAGO", ATRAVIESA NAVARRA.
De nuevo el blog elcaminodemarian, nos explica con todo lujo de detalles la entrada del peregrino de el Camino Francés por Navarra hasta su llegada a Pamplona.
Pequeñas pinceladas del Camino de Santiago francés
Seguir cumpliendo etapas en el Camino de Santiago francés día a día sin desfallecer. Dejar a un lado esas percepciones sensoriales envueltas con el polvo del sendero para recorrer caminos con gran tradición jacobea y muros con una belleza mística y eterna.
Dejar atrás aquellos parajes que olían a romero y a tierra mojada. Abandonar a unos compañeros que habían sido fieles durante todo el camino: bosques, ríos, campos y puentes.
Sí, esos peregrinos que llegaron a ser unas figuras tan importantes durante la Edad Media como fueron los comerciantes, artesanos, caballeros o constructores.
Aquellas personas eran diferentes. Andaban hacia un destino para orar en la tumba de un santo o de un mártir. Eran cristianos y decidían realizar una penitencia en su vida.
Era la decisión de emprender un gran viaje. Porque tanto los peregrinos de aquella época al igual que los actuales eran grandes viajeros en busca de un conocimiento y experiencia. La sufrían, disfrutaban y la recordaban durante el resto de sus días.
Aunque también existían otro tipo de peregrinos durante la Edad Media: aquellos que hacían el camino obligados, bien por una promesa realizada durante un momento de peligro; por una orden de la Iglesia o aquellos que hacían la ruta jacobea para suplicar por el alma de un difunto a cambio de unas monedas.
Peregrinos viajeros, ávidos por conocer pueblos, ciudades, monumentos, historia, tradiciones y leyendas.
La peregrinación fue un fenómeno social durante la Edad Media muy difícil de controlar. Se crearon tres rutas cristianas: los Santos Lugares, Roma y Santiago de Compostela.
A los peregrinos que elegían Jerusalén se les llamaba palmeros; a los que iban hacia Roma, romeros y a los que optaban por Santiago de Compostela, peregrinos.
Durante la Edad Media, realizar el Camino de Santiago supuso todo un reto para la vida del propio peregrino. Los caminos estaban llenos de ladrones esperando a sus víctimas.
Tanto eran los peligros que en el siglo XII surgió el Códice Calixtino, una especie de legislación civil donde se establecían los derechos y deberes para aquellos que participaban en la ruta jacobea.
Así que los peregrinos se vieron protegidos durante mucho tiempo. Pero… ¿eran todos ellos personas que deseaban una verdadera experiencia cristiana?
Recordemos que durante la Edad Media la mayoría de la población pasó mucha hambre y fue devastada por la epidemia de la peste. Era muy posible que entre los peregrinos siempre hubiera personas que buscaban otros lugares para vivir mientras les daban alimento, cobijo y cura de una forma desinteresada.
Tal fue el incremento del número de peregrinos que se quiso conceder una identidad a esta figura. Lo más apropiado fue dotarles de una vestimenta que debían llevar todos aquellos que emprendieran el Camino de Santiago: bastón, zurrón, capa, sombrero y la concha.
El Códice Calixtino fue la primera guía oficial del Camino de Santiago donde se recogían sermones, milagros, leyendas y una amplia información de los alojamientos, hospitales, monasterios, santuarios y tradiciones de cada lugar. Pero no era una única ruta establecida. Existían muchos ramales que terminaban en el principal o en Santiago de Compostela.
El Camino Francés fue el más utilizado debido a que era el más seguro y practicable. No existían cambios excesivamente bruscos en su paisaje y además estaba protegido. Disponía de una gran infraestructura hospitalaria y de alojamientos.
Saint Jean Pied de Port, Francia |
La entrada del Camino Francés a la Península se realizaba por Saint Jean Pied de Port. Un pueblo que aún rezuma ambiente medieval por todos sus rincones, por sus calles y sus puentes. Toma respiro cuando subas por sus escalones hacia la ciudadela.
Saint Jean Pied de Port, Francia |
Desde aquí, el peregrino, ávido de emociones fuertes, iniciaba el ascenso hacia el alto de Ibañeta donde, decían, se podía casi tocar el cielo con las manos. Y allí, en la llamada Cruz de Carlos, colocaban sus cruces de madera.
Desde comienzos del siglo XI se alzó en este lugar el monasterio de San Salvador de Ibañeta aquel que los peregrinos llamaron la capilla de Roldán por creer que estaba edificado sobre la tumba del héroe. Muchos contaron a lo largo del camino que hubo un monje que, preocupado por los peregrinos, cuando existía una densa niebla o se hacía de noche, no dejaba de tocar la campana para guiarles hasta su morada.
Real Colegiata de Nuestra Señora de Roncesvalles, Navarra |
Y descendiendo de este puerto se llegaba a Roncesvalles, lugar de evocación carolingia donde cuentan que perecieron Roldán y Oliveros con otro cuarenta mil cristianos y sarracenos. La roca donde había intentado destrozar su espada, el recuerdo de Carlomagno… hacía de Roncesvalles un rincón repleto de leyendas que los peregrinos querían sentir en primera persona. Y fue a finales del siglo XII cuando se fundó a pie de Ibañeta, la Real Colegiata de Nuestra Señora de Roncesvalles y el hospital que asistiría al peregrino después de la penosa jornada que le había tocado sufrir. Este lugar fue también muy transitado debido a la Canción de Rolando y la leyenda de Carlomagno y su sobrino Roldán.
Vidriera conmemorando la batalla de Roncesvalles, Navarra |
Recuerdo algo sobrecogedor de la Colegiata: el canto de los monjes en esa pequeña caja de resonancia cerrada que solo dejaba que mirara por una pequeña ventana…
Y cruzando hayedos se llega hasta la ciudad de Pamplona donde ya ha cambiado el paisaje. La primera ciudad que atraviesa el Camino de Santiago…
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