CASTILLO DE OLITE |
Hoy pongo una visión distinta de nuestro Palacio de Olite, se trata de una entrada del blog elcaminode marian, ella os lo explica.
Las curiosidades de un palacio de Navarra, Olite
Buscando información para documentaros de forma histórica nuestra visita al Palacio de Olite, encontré ciertas curiosidades que las fui separando para realizar otro post.
Si tuviéramos oportunidad de ver el Palacio de Olite desde el cielo nos parecería un bosque petrificado repleto de árboles (torres) de diferentes tamaños y alturas que juegan a elevarse o esconderse entre de la vegetación (piedra).
Durante el reinado de Sancho III comenzó a construirse un castillo defensivo en Olite. Esta fortificación fue ampliándose con los reinados de la dinastía de los Teobaldos y culminaría con Carlos III El Noble.
Aunque muchos de nosotros podamos llamarlo castillo, esta denominación no es del todo cierta, ya que es un palacio cortesano donde vivió la familia real.
La mayor parte de estancias del Palacio de Olite se construyeron entre los siglos XIV y XV gracias a la venta de posesiones que Carlos III El Noble tenía en Normandía. Comenzó a edificarse uno de los palacios góticos más bellos de Europa.
El interior del palacio está decorado con azulejos y techos de madera tallada realizados por carpinteros moriscos.
Entre los años, 1411 y 1414, se construyeron torres tan hermosas como la Ochavada, la Joyosa Ovada y los Cuatro Vientos. Con éstas, el palacio estaba prácticamente concluido a falta de algunas pequeñas estancias que se irían añadiendo según las necesidades del momento. Cuando Navarra dejó de ser reino independiente se realizaron algunos cambios en la entrada del Palacio Viejo.
El Palacio de Olite tenía varias estancias utilizadas para el deleite de los reyes y su corte: leonera, pajarerías, sonerías, baños, salas de juegos…
A Carlos III El Noble le encantaban los animales exóticos por eso tenía un mini zoológico dentro del palacio: leones, avestruces, camellos, una jirafa, caballos…
A Carlos III El Noble le encantaban los animales exóticos por eso tenía un mini zoológico dentro del palacio: leones, avestruces, camellos, una jirafa, caballos…
También era un apasionado de los toros. Era habitual que se celebraran corridas de toros junto a la entrada del palacio. Los reyes las veían desde la Torre de los Cuatro Vientos.
Al rey le encantaban los helados y el sorbete de limón. Sus cocineros lo elaboraban con el hielo que se guardaba en la nevera ovoide del palacio.
A Leonor de Trastámara le encantaba sentarse en el balconcillo de su dormitorio, cuando comenzaba a amanecer, para escuchar el canto de los pájaros del palacio.
Los hijos de los reyes tenían su cuarto especial de juegos en la Torre de las Tres Coronas. En la parte alta de ésta, existía un palomar donde se criaban y cuidaban a las palomas mensajeras.
El Palacio de Olite estaba rodeado de campos de cultivo que se extendían hacia el río Cidacos y que abastecían y alimentaban a toda la corte y al pueblo.
Tras la conquista de Navarra por Fernando el Católico, el Palacio de Olite comenzó su propia decadencia que culminaría con los incendios de las tropas carlistas y de la Guerra deSucesión.
Durante la Guerra de la Independencia, el general Espoz y Mina, mandó incendiar el palacio para evitar que las tropas francesas se atrincheraran en él. Extrajeron las planchas de plomo de los techos para fundirlas y fabricar balas para los cañones.
Una de las curiosidades más bonitas del Palacio de Olite se encuentra en el origen de la tradición del Roscón de Reyes. Procede de la época del reinado de los Teobaldos.
En este día se elaboraban numerosos pasteles para los niños más necesitados. Solamente en uno de ellos había escondido un haba. Aquél niño que lo encontrara se convertiría en rey por un día. Esta tradición siguió hasta el siglo XV. Fue recuperada a principios del sigloXX hasta nuestros días.
El Palacio de Olite fue declarado Monumento Nacional en el año 1925. A partir de entonces se iniciarían las obras de su reconstrucción.
Durante la segunda quincena de agosto, la villa de Olite celebra su Mercado Medieval. Tanto el pueblo como el palacio, regresan a la Edad Media. Todo se engalana de fiesta, colores, música, torneos, exhibiciones, artesanos y juglares. Un espectáculo que, habiéndolo vivido en primera persona, os aconsejo que lo visitéis.
Como veréis una bonita y bien documentada entrada que nosotros le agradecemos.
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