Como va siendo habitual para mi, recorro las páginas de internet para encontrar algo que os pueda interesar, hoy creo que lo he encontrado se trata de un superblog "elcaminodemarian" se llama, y en el nos describe e ilustra con una galería fotográfica, lo que ella llama la Venecia valenciana, yo lo considero un buen recorrido por una zona muy bella y posiblemente algo desconocida para nosotros, pero bueno vosotros juzgareis.
La Venecia valenciana, Port Saplaya
A veces, hay Venecias fuera de Italia que absorben el Mediterráneo y se llenan de color y calidez. Como uno de los secretos de Valencia, Port Saplaya.
Es secreto porque es de aquellos rincones que pasan completamente desapercibidos no solo para los viajeros que optáis por conocer Valencia, sino para muchos valencianos que desconocen Port Saplaya.
Sin embargo, estoy convencida de que es uno de los lugares de la franja costera valenciana que tiene mayor encanto, no solo por laarquitectura tan peculiar que eligieron para construirla allá por los años setenta, si no por la tranquilidad que se respira, aún en pleno verano.
En Port Saplaya podemos encontrar un rincón silencioso donde poder disfrutar de la brisa marina, del tintineo constante de los barcosmecidos por el agua, de los colores intensos de las casas que se convierten en doblemente bellas al estar reflejadas en el mar, del trasiego tranquilo de los paseantes que se asoman curiosos a través de las rejas para contemplarlos patios llenos de flores y plantas…
Aún recuerdo la primera vez que paseé por el interior de sus canales. Era una niña absorta por el intenso color de esas casas pequeñas que se diferenciaban tanto a las fincas de Valencia donde yo vivía.
Era un lujo tener una pequeña Venecia en la ciudad. Y el lujo se convirtió en un paseo elegido más de una vez. A través de los años, siguió siéndolo.
Porque cuando el calor cae sin compasión en la ciudad de Valencia aquí, al lado del mar y protegido por los muros de sus casas, puedes encontrar siempre alguna esquina a la sombra que te permita llenar tus pulmones de la fresca brisa marina, poder absorber el sabor salado y cerrar los ojos para desconectar un rato. Imagínate si, además, los pequeños barcos se mueven al compás de la marea y crean una orquesta metálica de campanillas y roces metálicos.
La pequeña Venecia valenciana la tenemos a menos de cinco kilómetros de la ciudad. Simplemente tomamos la Autovía V-21 y dejarla en la salida número 14. No pienses que nos hemos equivocado de lugar cuando veas un gran centro comercial a la derecha. Éste nos va a servir para poder encontrar fácil aparcamiento bajo los techados.
Parece muy extraño que Port Saplaya siga conservando este ambiente tan tranquilo teniendo la zona comercial al lado donde existe una gran actividad.
Verás en frente de Alcampo, una especie de villa marinera con edificios muy extraños. Algunos parecen largos castillos terminados en almenas y cúpulas.
Podemos acceder al interior de Port Saplaya desde uno de los soportalesque nos llevará a una plaza o seguir disfrutando del paseo marítimo. Yo siempre elijo esta última opción. Me gusta ir contemplando el mar mientras voy pasando por varias heladerías y restaurantes en dirección a la dársena.
En la playa no hay un gran número de bañistas ya que este lugar es el preferido para disfrutar de actividades acuáticas. En los espigones y al atardecer, se pueden ver numerosos pescadores que dan colorido y actividad a estas moles graníticas que afean un poco el paisaje marino.
Huele a mar.
Para acceder a la pequeña Venecia debemos tomar el desvío de la izquierda antes de entrar en la dársena.
Desde la esquina, donde hay un pequeño bar, ya podemos ver el interior de la villa marinera llena de canales, de casas abigarradas de intensos colores. Tonos diferentes bañados por esa luz tan especial que nos brinda el Mediterráneo. Ocres, amarillos, blancos, verdes, rosas, azules… como los colores de los patios interiores de algunas casas que apenas se pueden ver por la abundante vegetación que la decora.
Vamos siguiendo los canales. De vez en cuando salta algún pez en el agua. Es posible que nos produzca cierta tristeza ver el estado ruinoso de algunas barcas amarradas. Sucias, desportilladas, sin color, semihundidas…pero suponemos que la crisis también terminó por hundir los sueños de muchos aficionados que esperaban el fin de semana para salir a la mar y sentirla…
El paseo va girando y podemos ver diferentes perspectivas de una villa que parece que fue creada para el rodaje de alguna película romántica.
Al fondo, hacia el norte hay una zona diferenciada donde ya no existen las encantadoras casitas de dos o tres plantas sino edificios altos repletos de apartamentos para alquilar. Es zona de restaurantes, heladerías y bares de copas.
Para salir de Port Saplaya podemos hacerlo subiendo las escaleras que hay en dirección sur y que nos llevan a una pequeña plaza donde también tenemos pizzerías y pubs.
Antes de salir por los soportales damos una última mirada a este pequeño rincón veneciano tan desconocido para la mayoría de viajeros y muy querido por los valencianos que lo conocen.
Te recomiendo que hagas una visita nocturna a Port Saplaya. Las luces reflejadas en el agua de los canales o en el mismo mar cambia totalmente el aspecto con el que la hayas podido observar de día.
Entonces, siéntate, relájate, fija tu mirada en algún color distorsionado en el agua…Imagina…
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